Luz amarilla

Luego del descongelamiento, las cooperativas de energía eléctrica apuntan a la aplicación de la tarifa social y emplean otros mecanismos para morigerar el impacto en el usuario final.

Las cooperativas iniciaron un diálogo hacia las autoridades gubernamentales para establecer parámetros de aplicación de los nuevos cuadros tarifarios anunciados por el ministro de Energía, Juan José Aranguren, al mismo tiempo que trabajan en cada una de sus localidades para suavizar el golpe al bolsillo que significan los aumentos en varias de ellas.
Es que tanto la compra como la distribución loca de la energía están atravesadas por el nuevo escenario nacional pero también por las realidades particulares de cada distrito provincial y municipal.
En ese sentido, varias federaciones ya mantuvieron reuniones con funcionarios de los diferentes niveles de la administración públicamente. Entretanto, debieron adoptar distintas estrategias de comunicación y financieras con los asociados para que el monto de la factura no sea tan elevado.
Igualmente, advirtieron que la conflictividad está latente y pidieron ayuda a funcionarios y legisladores para aplicar la nueva receta gradualmente sin obligar a las cooperativas a asfixiar al usuario ni a sí mismas.
Por otro lado, todavía tienen cuentas pendientes de la gestión anterior. De hecho, dirigentes cordobeses mantuvieron una reunión en la Secretaria de Energía de la Nación para pedir que el Estado salde sus deudas relativas al Plan de Convergencia Tarifaria 2014.
Esa área, por caso, todavía tiene que transferir unos 90 millones de pesos a las 204 cooperativas de la provincia mediterránea nucleadas en Fecescor y FACE.
En Chubut, el propio gobernador Mario Das Neves tomó la posta durante un encuentro organizado por la federación local (Fechcoop) y sostuvo la “necesidad imperiosa de defender el sistema cooperativo”.
Se estaba refiriendo específicamente a la postura adoptada por el sector ante la mayorista Cammesa. “Ellos siempre quieren cobrar pero nunca quieren pagar. En los últimos años todo era una cuestión de congelar las tarifas a cambio de obras y la respuesta muy sencilla del gobierno provincial fue: hasta que no vengan las obras no vamos a avanzar con eso”, lanzó el mandatario.
El telón de fondo, no solamente en Chubut, es la tensión entre las obras comprometidas que nunca se concretaron y, en contraste, la inmediatez de las sanciones y las urgencias para cobrar con que Cammesa presiona a las cooperativas.
Aun así, la gran mayoría busca la manera de seguir cumpliendo hacia un lado y hacia el otro del mostrador. El problema en estos primeros meses con la quita de subsidios es que, donde se aplica con mayor aceleramiento, puede provocar reacciones del lado del asociado, mientras que donde se atisba cierto retraso, se genera un ahogo financiero para la cooperativa que debe comprar la energía con precio ya actualizado.