Por qué la paz también «es un valor cooperativo»

El recientemente fallecido Juan José Carrizo dejó un fuerte legado al respecto.

«Es indudable que la paz puede enseñarse. Ella se aprende en las aulas y se reconoce en quienes la explicitan entre sus valores y lo practican como conducta definida.»

Así defendía Juan José Carrizo su propuesta de incluir a la paz en la lista de los valores que sustentan la Identidad Cooperativa. «Gran contribución hará el movimiento cooperativo cuando inscriba entre sus valores y haga visible tan alta profesión de fe, que sus más altos dirigentes siempre afirmaron y sus millones de asociados practican en sus organizaciones”, subrayó en un documento publicado a fines de 2013 por el Gabinete Cooperativo (Gidecoop) de la Universidad Nacional del Sur.

Ese texto fue tomado como uno de los principales insumos por la Alianza Cooperativa Internacional a la hora de aprobar una Declaración de Paz Positiva, en octubre de 2019.  

«La paz como valor es el presupuesto básico para el desarrollo del cooperativismo y la condición sine qua non para la supervivencia de la humanidad.” En virtud de tornar este valor en una pauta práctica, Carrizo también llegó a proponer que exprese como un nuevo principio, el de conducta pacífica.

El dirigente falleció el pasado 2 de octubre, a los 84 años. Se desempeñaba como presidente de la Asociación Intercooperativa Regional (AIR), tesorero de la Federación Argentina de Cooperativas de Consumo (FACC) y vocal de la Confederación Cooperar, que en su última reunión mensual le rindió un sentido homenaje.

Carrizo fue además uno de los principales impulsores en la creación de la Dirección Provincial de Acción Cooperativa, órgano local competente de la provincia de Buenos Aires, cuyo Consejo Asesor integraba actualmente, e impulsó la designación de Bahía Blanca como Capital del Cooperativismo Bonaerense, plasmada en la sanción de la Ley nº 15.203/20.

Más allá de su preocupación y el aporte doctrinario en favor de la paz, la FACC aseguró en un comunicado que, “si le preguntáramos cuál de todas sus múltiples actividades y facetas querría destacar, estamos seguros que elegiría su condición de docente, preocupado por la educación en general y por la educación cooperativa en particular, convencido de que es la base indispensable para organizar una sociedad democrática, libre y solidaria, que posibilite hacer realidad la construcción de un mundo mejor, más justo y equitativo”.