Alimentación animal, diseño de moda, desarrollo industrial y contenidos audiovisuales son cinco rubros ya están recibiendo la inyección de emprendimientos jóvenes y cooperativos en el país vecino.
No es casualidad ni mero voluntarismo. Son egresados del programa Incubacoop, impulsado por el Ministerio de Industria, Energía y Minería, el Instituto Nacional del Cooperativismo (Inacoop) y la Confederación Uruguaya de Cooperativas (Cudecoop).
En los más de 120 proyectos que se han presentado en los últimos tres años, la mayoría están conformados por menores de 40 años y giran en torno de áreas intensivas en innovación y conocimiento.
Es una herramienta reconocida porque «es eficaz, da resultados y es atractiva para los jóvenes», señaló la presidenta de Cudecoop, Graciela Fernández, quien además se convirtió semanas atrás en la primera mujer elegida para liderar la organización continental Cooperativas de las Américas.
El contexto en tierra oriental marca un amplio y duradero apoyo del Estado al sector. En diez años se sancionó una ley que favorece a las cooperativas, se capacitaron tres mil personas y se triplicó el número de este tipo de empresas. «Somos un gobierno que promueve el cooperativismo y la formación profesional como política pública», resumió el ministro de Trabajo, Ernesto Murro.
«Estamos en una batalla ideológica en estos tiempos. El inmediatismo, el individualismo y el consumismo, sumados a la desconfianza que se nos pretende generar, atentan contra los principios centrales del cooperativismo y de la economía social», advirtió.
«Articular innovación, solidaridad, cooperación, trabajo en equipo con desarrollo y con justicia social es fundamental para el Gobierno, y estas experiencias son ejemplos de que se puede. Uruguay es ejemplo mundial por los méritos que han hecho los movimientos cooperativos para su desarrollo, por su historia y por los diez años de la ley (de creación) del Inacoop», dijo el ministro de Trabajo.
Graciela Fernández también valoró que exista una ley general de cooperativas para enmarcar el desarrollo del sector. «Es una expresión de democracia, de 10 años de apoyo de políticas públicas.»
El Ministerio de Desarrollo Social también brinda herramientas. Apoya 1.200 emprendimientos de economía social por año, mediante programas que aportan a la agenda de desarrollo sostenible. De esta manera, Uruguay incorporó en los últimos siete años a 6 mil emprendimientos formalizados que aportan a la seguridad social.
Desde la Dirección Nacional de Economía Social e Integración Laboral de ese ministerio se instrumentan dispositivos de regímenes preferenciales vinculados a las compras públicas para cooperativas sociales, monotributo social y la ley de reservas de un 30 por ciento de las adquisiciones del Estado para agricultores familiares y pescadores artesanales.
Por su parte, el titular del Inacoop, Gustavo Bernini, subrayó que hay unos 400 préstamos vigentes a unidades productivas de estas características, cuyo índice de la morosidad no supera el 6 por ciento.
La cartera industrial otorgó ahora más de 50.000 dólares a cuatro proyectos productivos que se presentaron a la convocatoria Cooperativas 2018. Estos involucran a seis colectivos que congregan a 312 emprendimientos distribuidos en los departamentos de Montevideo, Paysandú, San José y Soriano. «En los cuatro ejemplos, con rubros tan diversos, se observa el mismo ánimo de innovar con propuestas muy buenas», expresó la ministra, Carolina Cosse.