Según el Monitor Cooperativo Mundial, las 300 empresas del sector más grande del planeta facturan, en conjunto, unos US$ 2.409,41 millones anuales, cifra que las ubicaría dentro de las 10 principales economías globales.
De esas 300 entidades, hay 166 en Europa (40 en Francia, 31 en Alemania, 95 en otros trece países); 94 en América (73 de ellas en Estados Unidos) y 40 en Asia y el Pacífico (21 en Japón).
La proporción es semejante si se clasifica a las 300 principales cooperativas y mutuales según su facturación medida sobre el PBI per cápita de sus respectivos países.
Como se ve, en el ecosistema cooperativo es mucho mayor el peso de los países más industrializados. Al mismo tiempo, podemos decir que las cooperativas son sumamente importantes en las principales economías del mundo.
El top 300 está liderado por un banco cooperativo de crédito agrícola francés, que tiene 150 mil empleados y factura alrededor de US$ 117 billones al año. Lo sigue el REWE, un grupo cooperativo alemán de retail y servicios turísticos, con presencia en otros 14 países, que tiene 270 mil empleados e ingresos por 43 billones de euros.
¿Cómo llegaron hasta ahí? ¿Son el producto de grandes inversiones de algún magnate? ¿Se formaron por la voluntad de algún estadista? No, son el producto de décadas de esfuerzo compartido de productores, trabajadores, usuarios y consumidores, que encontraron en la cooperación la forma más eficaz, responsable y sostenible de hacer crecer su propia empresa.
Los pioneros de REWE, por caso, son 17 pequeños grupos de consumidores que se asociaron para ganar escala en 1927, última etapa de subsistencia de la República de Weimar.
Así como el gigante alemán, todas las grandes empresas cooperativas tienen su origen en pequeñas necesidades que llevan a las personas a cooperar y encontrar así las respuestas que buscan dentro de sus comunidades.
El ranking, medido según el PBI per cápita de cada nación, lo lidera IFFCO, uno de los mayores productores y comercializadores de fertilizantes del mundo e impulsor de la innovadora nano urea.
Es una entidad que agrupa a 36 mil cooperativas que integran, a su vez, a 50 millones y medio de productores de la pujante República de la India. La fundaron 57 productores, en 1967, en plena “Revolución Verde” en la etapa post-independencia del país asiático.
Son empresas que compiten con otras que tienen lógicas meramente económicas, o financieras, en el tratamiento del capital, que persiguen el lucro y que, posiblemente, estén deslocalizadas y cerradas a la participación de sus partes interesadas.
Que durarán lo que dure el negocio, centrado en la acumulación y reproducción del capital, no en satisfacer las necesidades de las personas.
¿Tiene nuestro país presencia en el ranking? Sí, hay 5 entidades argentinas en el top 300. Son la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), el Banco Credicoop, Grupo Sancor Seguros, Agricultores Federados Argentinos (AFA) y la Cooperativa Obrera.
Algunas de ella son también empresas centenarias, que fueron conformadas y sostenidas en el tiempo por la lógica de la cooperación, que están abiertas a la participación de sus asociados y que gestionan el capital poniendo a las personas y al ambiente en el centro.
Lo más importante es que no solo perduran, sino que están arraigadas en sus territorios, en cientos de ciudades, pueblos y parajes rurales donde un productor, un consumidor o un ahorrista puede decir que es dueño de una empresa líder en el mundo.
Son líderes porque lo demuestran sus números, y es la lógica “socioempresarial” la que las llevó hasta ese lugar.
Lo pequeño es hermoso, dijo, alguna vez, un economista alemán. Pero las cooperativas muestran que lo hermoso radica en cómo se puede crecer e insertarse en mercados sumamente competitivos, gracias a la solvencia de los principios y los valores cooperativos.
Ariel Guarco, presidente de la Confederación Cooperativa de la República Argentina y de la Alianza Cooperativa Internacional.