Fecootra presentó un Diagnóstico de Equidad de Géneros en el Cooperativismo de Trabajo Argentino, en el marco de un proyecto para incidir con esta temática en el ámbito de la economía solidaria.
“Las cooperativas no están ajenas al flagelo de la violencia sexista”, señalaron en el documento, en el cual también reconocieron que “el modelo cooperativista tiene bases sólidas que permiten combatir las inequidades presentes”.
El trabajo fue coordinado por Sofía Imeroni, vicepresidenta de esta federación de cooperativas de trabajo, y fue realizado “en forma colectiva y participativa entre diversas identidades femeninas trabajadoras cooperativistas”.
Según el diagnóstico, “diversos tipos de violencias patriarcales atraviesan e intervienen en el día a día de las cooperativistas”. El trabajo recolectó -entre 352 asociadas de 37 cooperativas- evidencias de violencia psicológica y simbólica.
Entre ellas, mencionaron la referida a las licencias. “En algunos casos se resuelven equitativamente (teniendo en cuenta las diferencias de género) pero se pudo distinguir que en muchos otros no, concretándose como una violencia no visualizada que afecta mayoritariamente a las identidades femeninas”.
En otro capítulo abordaron la violencia económica, en relación con la economía del cuidado. “A la hora de que las identidades femeninas asuman cargos de gestión y liderazgo, dificulta la presencia en reuniones, asambleas, capacitaciones y militancia en otros espacios de participación, por ejemplo actividades de los comités de géneros cooperativos.”
En síntesis, el trabajo exterioriza “algunas de la manifestaciones de la violencias patriarcales relevadas dentro del movimiento cooperativo con el objetivo de evidenciar que es necesario llamar la atención sobre la necesidad de abordar colectivamente, entre las cooperativas y con el estado nacional, provincial y municipal, la problemática de las violencias de géneros, apelando a los compromisos cooperativistas para colaborar en la transformación de los patrones socio-culturales y, erradicar la violencia contra las identidades femeninas y evitar así, perpetuar sus múltiples manifestaciones”.
De acuerdo con el informe, “el modelo cooperativo con sus valores, principios y sistema de gobernanza ofrece a las identidades femeninas importantes oportunidades de empleo, mejores medios de vida y acceso a recursos productivos y a servicios. Entre otras propuestas, incluyeron la incorporación de indicadores de géneros en los análisis de las prácticas cooperativas, trabajos en conjunto con el Ministerio de
las Mujeres, Géneros y Diversidad, la promoción del Pacto Cooperativo por la No Violencia de Género elaborado por la Confederación Cooperar, la generación de reglamentos internos en las cooperativas con perspectiva de géneros, y la capacitación sobre equidad de géneros, educación sexual integral y prevención de violencias de géneros dentro de las organizaciones del movimiento cooperativo.
El informe recoge algunas cifras que dan cuenta de la violencia de género: en todo el mundo, el 70 % de las mujeres han sido víctimas de violencia simbólica y/o psicológica. El 35 % de actos de violencia física y/o sexual. Unas 87.000 mujeres fueron asesinadas en el mundo el año 2017. En Argentina, una mujer es asesinada cada 26 horas por el solo hecho de ser mujer.