«La economía solidaria es fundamental para el desarrollo»

El cooperativismo y el mutualismo participan de la Mesa de Diálogo por el Trabajo y la Vida Digna, convocada por la Pastoral Social.

«Las cooperativas, mutuales y demás entidades de la economía solidaria, son actores insoslayables para toda posibilidad de desarrollo sustentable», afirma el documento entregado por confederaciones cooperativas y mutuales, sindicatos, entidades empresarias y organizaciones sociales a la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).

Con el título Una Patria Fundada en la Solidaridad y el Trabajo, el texto es fruto de una convocatoria de la Pastoral Social de la Iglesia Católica a todos estos actores de la sociedad civil organizada para conformar una mesa de diálogo Por el Trabajo y la Vida Digna.

Edgardo Form y Cristian Horton, por la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar), y Alejandro Russo, por la Confederación Argentina de Mutualidades (CAM), participaron en la reunión el jueves al mediodía, en la sede de la CEA.

El anfitrión fue el presidente del Episcopado, Oscar Ojea, acompañado por el titular de la Pastoral Social, Jorge Lugones. También estuvo Emilio Inzaurraga, al frente de la Comisión Nacional de Justicia y Paz.

El documento hace referencia a la Recomendación 193/02 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), según la cual la «promoción de las cooperativas debe considerarse uno de los pilares del desarrollo económico y social». Además, recoge la inquietud frente a los intentos de gravar sus excedentes y sostiene que «deben mantenerse las exenciones al impuesto a las ganancias».

Además, propone incorporar al cooperativismo de vivienda en un plan nacional e impulsar cajas de ahorro y crédito para «movilizar los recursos locales en función del desarrollo sostenible, especialmente en relación a las economías regionales».

En materia agropecuaria, rescata el rol de las cooperativas agroalimentarias, que deben «asumir un rol protagonista, recuperando sus sentidos fundacionales basados en la equidad, la igualdad, la propiedad conjunta, la gestión democrática y la solidaridad».

En ese sentido, rescata el rol de la agricultura familiar, las empresas recuperadas, cooperativas agropecuarias, de pesca artesanal y pequeñas unidades productivas alimenticias para aprovechar la cercanía territorial de la producción con los consumidores.

En el ámbito de las compras públicas, sugiere facilitar la participación de pyme, micropyme y unidades productivas de la economía popular y social, integrarlas en cadenas de valor y ayudarlas a incorporar conocimientos y tecnologías.

Otro punto que se vincula con un reciente reclamo cooperativo es el que señala que el papel para periódicos y la infraestructura pública de comunicaciones «deben servir al interés colectivo de la libertad de expresión» y, por lo tanto, la regulación «debe fomentar el acceso independiente y comunitario».

Cooperar expresó en un comunicado que «este es un primer paso de un nuevo espacio de diálogo en el que los representantes de la economía social y solidaria participamos junto a cámaras empresarias, organizaciones sindicales y movimientos sociales para la búsqueda de consensos y alternativas frente a la crisis socioeconómica que atraviesa nuestro país».

Durante la reunión, Form afirmó que «este documento incluye muchas de las propuestas del cooperativismo y es un primer paso para un diálogo que debe incluir a todos los argentinos». También entregó a las autoridades de la Iglesia Católica la Declaración Final de la V Cumbre Cooperativa de las Américas, realizada en Buenos Aires entre el 23 y el 26 de octubre.

Ojea agradeció el documento y valoró la iniciativa y manifestó que «la Iglesia intenta dialogar con todos los sectores que puedan aportar a la solución de los graves problemas planteados en la carta».

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