«El usuario empieza a no tener capacidad de pago»

Desde la Cooperativa Popular Eléctrica de Santa Rosa, La Pampa, encendieron la alarma también en las últimas horas dado el «notable decrecimiento» de la distribución de energía, algo que se repite en el resto de las entidades de esa provincia, donde prácticamente no hay localidad que no sea abastecida por el sistema cooperativo.

«El sistema de distribución eléctrico cooperativizado es un avance extraordinario de esta provincia que la distingue entre las otras del país. La raíz de estos males está en el calamitoso estado de la economía que castiga sin piedad a todo emprendimiento que deba sostenerse con el consumo interno», publicaron hoy en el diario pampeano La Arena.

En efecto, la mora en el abono de las facturas empieza a ser un problema creciente para las cooperativas que distribuyen energía eléctrica, advirtieron referentes del sector. «El usuario empieza a no tener capacidad de pago», señaló Mario Vitale, gerente de la federación bonaerense Fedecoba.

Vitale compartió un panel con directivos de otras federaciones provinciales y de la federación nacional FACE, en el Congreso que esta última realizó la semana pasada en Mar del Plata. Todos explicaron que el fuerte aumento tarifario está generando un profundo malestar en sus usuarios asociados, con aumentos del 1.300 por ciento desde diciembre del 2015.

Durante la jornada también abordaron la discusión sobre la innovación tecnológica y la generación de energías renovables. Ocurre que, en este escenario de retracción del consumo, comienza a vislumbrarse la generación de energía en manos del usuario.

«Ya existen redes de datos y las personas ya están habilitadas a utilizar las líneas, a través de la ley 24.065, pagando un peaje. También existe la figura del comercializador, qué es alguien que sin generar, sin tener una línea ni un transformador, puede comprar y vender energía», explicó el presidente de la Comisión de Política Energética de FACE, Ricardo Airasca, al medio especializado Energía Estratégica.

«Vemos que nuestro negocio va a terminar siendo marginal y que el comercializador tendrá beneficios que terminará recayendo sobre las cooperativas y distribuidoras. Nosotros no queremos que nos ocurra lo que le pasa a los hoteles con Booking o a los taxis con Uber, donde alguien que maneja un software y las comunicaciones maneja el negocio», advirtió.