Reconocimiento mundial al rol de las cooperativas durante la pandemia

La ONU pidió impulsar este modelo de empresa "para lograr una recuperación más inclusiva".

La identidad y el modelo de negocio de las cooperativas «pueden marcar el camino hacia una recuperación justa de la COVID-19, como lo han demostrado sus principios y muchas medidas adoptadas durante la pandemia», reconoció el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres.

“Las cooperativas y sus redes están presentes en todos los rincones del mundo, desde los pueblos más pequeños hasta las ciudades más grandes, tejiendo un tapiz global cuya membresía incluye aproximadamente el 12 % de la humanidad”, describió la máxima autoridad de la ONU en un informe titulado Las Cooperativas en el Desarrollo Social, dado a conocer en ocasión de la última asamblea general de esa organización.

En el documento fueron incluidas acciones concretas realizadas por las cooperativas durante la pandemia. Entre ellas, “un ejemplo emblemático de principios cooperativos en acción” es la Corporación Mondragón, de País Vasco, compuesta por alrededor de 100 cooperativas con más de 80.000 trabajadores. “El grupo utilizó sus fondos de reserva solidaria para apoyarse mutuamente y reasignó temporalmente a los trabajadores para minimizar la pérdida de puestos de trabajo.”

Otro ejemplo de colaboración internacional entre cooperativas citado en el informe es el fondo de ayuda al productor lanzado por las cooperativas de comercio justo en 2020, “que ya ha brindado apoyo a más de 900 organizaciones de productores en 59 países que incluyen a más de 540.000 agricultores y trabajadores”.

El secretario general de la ONU también destacó una iniciativa entre Coop Italia y la Unión Cooperativa Central de Bulgaria “para proteger a los miembros y comunidades locales al proporcionar productos de protección muy necesarios, como desinfectantes y detergentes de limpieza”.

El informe, además, da cuenta de la actuación de las cooperativas de salud “aliviando algunas de las presiones que enfrentan los sistemas públicos”. En Brasil, “donde los efectos de la pandemia han sido devastadores, los servicios de salud cooperativos cubren el 85 % del territorio nacional del país, lo que representa el 32 % del mercado privado de la atención de salud”.

«En Japón, las cooperativas de salud brindaron atención médica gratuita a las poblaciones vulnerables, mientras que en España abrieron sus instalaciones es para uso del sector público. En India y en Camerún, las cooperativas de salud establecieron fondos de apoyo para los trabajadores sanitarios de primera línea”.

El informe concluye que “la resiliencia de las empresas cooperativas demostrada a través de muchas crisis se debe en gran medida a sus principios de solidaridad y cuidado de la comunidad que las diferencian de las corporaciones centradas en los beneficios”.

En este sentido, propone que sean tenidas en cuenta para un “nuevo contrato social en la era post covid-19”, marcada por una “recuperación desigual” entre las distintas regiones del planeta. “Las cooperativas tienen un papel importante que desempeñar ya que ponen a las personas, más que a los beneficios, en el centro de sus operaciones.”

Finalmente, recomienda a los gobiernos “seguir mejorando los marcos legislativos y regulatorios” y “crear políticas y programas para aprovechar el modelo de empresa cooperativa con el fin de lograr una recuperación más inclusiva”, tomando en cuenta la Declaración de Identidad Cooperativa de la Alianza Cooperativa Internacional.

Esas políticas tendrían como resultados, entre otros, «una mayor prestación de servicios cooperativos de salud, un mejor abordaje las desigualdades que se han puesto de manifiesto durante la pandemia y un papel más sólido de las cooperativas a la hora de ofertar servicios financieros a los grupos y comunidades carentes de servicios adecuados, como los jóvenes, las personas con discapacidad, las personas mayores, las mujeres y las comunidades indígenas».

La ACI celebró la publicación del secretario general de la ONU y, en un comunicado, auguró su aplicación por el sistema de las Naciones Unidas y los Estados miembros, “orientando su acción política a largo plazo sobre la recuperación de la pandemia que, como dice el informe, se ha transformado en una crisis socioeconómica”.