Monocultivo y más allá la inundación

Los Cisnes es un pueblo casi en extinción. Supo tener 3 mil habitantes, tantos como para armar dos bailes por fin de semana, uno en la zona Norte y otro en la Sur. «Hoy no podríamos armar ni una sola fiesta. No iría casi nadie», lamenta Rosa, una de sus actuales 600 vecinas.
Al desarraigo de los jóvenes para estudiar y trabajar en otros lugares de la provincia de Córdoba o del país se sumó en las últimas décadas la huida de productores agropecuarios de los alrededores, que dinamizaban tanto la economía como la vida social de la localidad.
La siembra a gran escala de la soja los empujó a arrendar sus campos, en muchos casos, y a retirarse hacia La Carlota, Río Cuarto u otros puntos de la geografía mediterránea. Lo cierto es que esa área es hoy tan desierta como intransitable porque, al bajar drásticamente la capacidad de drenaje del suelo, las inundaciones se hicieron recurrentes.
De acuerdo con datos del Inta, el nivel de las napas en el Sur de Córdoba pasó de casi once metros desde la década del 70 a menos de un metro en la actualidad. «El verano anterior fue crítico en cuanto a la cantidad de lluvias. Hacen canalizaciones para sacar agua de los campos pero terminan destrozando los caminos, que eran vías de acceso para el mantenimiento de redes pero que ahora se han perdido», agrega con preocupación el gerente de la Cooperativa de Los Cisnes (Colevisep) y directivo de FACE Córdoba, Aldo Truant.
Según su mirada, la solución no pasa solamente por nuevas obras sino por resolver la cuestión de fondo. «Estamos tratando de generar consensos con entidades públicas y con asociaciones de productores acerca del cultivo de nuestro suelo. Así como venimos, cada vez tendremos más campo bajo agua.»
Truant es nativo de esta localidad y no piensa irse. «¿Para qué ir a otra ciudad si acá puedo vivir tranquilo con todos los servicios y comodidades?» Ahora es posible tener hasta un título universitario sin mover un pie de Los Cisnes, gracias a una Unidad de Gestión Educativa abierta por la Cooperativa, que permite estudiar a distancia. La empresa de la comunidad la auto-abastece de internet con fibra al hogar, televisión, telefonía, gas y otros servicios sociales.
Sin embargo, el contexto pone en vilo al desarrollo local. En todo el sur de la Provincia, conformado por Río Cuarto y otros tres departamentos, la superficie sembrada con soja creció 590 por ciento en las últimas dos décadas. La ruralidad fue transformada y, con ella, la organización económica de la zona. Las cooperativas agropecuarias, por caso, se extinguieron.
Queda, ni más ni menos, un puñado de pobladores organizados en torno de la cooperativa de servicios, tratando de revitalizar un casco urbano semi-abandonado. Una isla de desarrollo y progreso en medio del océano.

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