El presidente de la Alianza Cooperativa Internacional, el argentino Ariel Guarco, afirmó que “la violencia aturde a los pueblos, anula su potencia creadora, rompe los vínculos sociales y destruye las bases materiales y culturales del desarrollo sostenible”.
El dirigente global presentó un artículo titulado Las cooperativas son capital social para la Paz Positiva, en momentos de máxima tensión a nivel mundial por las agresiones entre Irán y Estados Unidos, que se suma a más de 30 conflictos registrados durante el año pasado en diferentes lugares del planeta.
“La Paz requiere sociedades con recursos culturales e institucionales para resolver sus desigualdades en forma sostenible. Esto, según nuestro punto de vista, está íntimamente ligado con otro concepto: el capital social”, sostuvo Guarco.
“Para movilizar a la sociedad en el sentido de la Paz y el desarrollo son necesarias organizaciones de la sociedad civil con cohesión interna, con vínculos entre ellas basados en la confianza y con capacidad para articularse con el poder político y el poder económico”, subrayó.
En ese sentido, “las cooperativas contribuyen en forma significativa a la dotación de capital social que se requiere para lograr la Paz Positiva” porque, según consideró el presidente del ACI, “son la mejor expresión de sociedad civil organizada en base a la cooperación y la reciprocidad, con el agregado de que son organizaciones focalizadas en el desarrollo económico”.
El concepto de Paz Positiva fue rescatado del sociólogo y matemático noruego Johan Galtung, quien hace exactamente 50 años propuso la siguiente tesis: más allá de la violencia directa (el conflicto armado) está la violencia estructural o indirecta que descansa en la estructura social y que se manifiesta en desigualdades de poder y de oportunidades.
Superar un conflicto armado implica alcanzar una Paz negativa, entendida como mera ausencia de violencia directa, y no es garantía suficiente de que no se reanuden los conflictos en la medida que no sean resueltas aquellas desigualdades.
Esta idea fue adoptada por la ACI en su última asamblea general, realizada en Kigali, Ruanda. Allí el máximo órgano de representación del cooperativismo mundial aprobó una declaración en la que comrpomete los esfuerzos del movimiento cooperativo para “encontrar formas equitativas y justas de resolver problemas de manera sostenible y democrática, contribuyendo así a evitar la violencia y el odio”.
Para Guarco, “los principios cooperativos, esto es, las prácticas que distinguen a las cooperativas de otro tipo de empresas, son especialmente potentes para enfrentar los desafíos de la Paz Positiva”. Estas organizaciones, fundamentalmente, “llevan la democracia, mecanismo institucional fundamental para la Paz, al terreno de la economía, al terreno en donde se generan gran parte de las desigualdades que terminan provocando los conflictos”.
El presidente de la ACI recogió en su artículo, el último publicado de la serie Principios Cooperativos en Acción, algunos informes recientes como el Alerta 2019, sobre conflictos, derechos humanos y construcción de paz, elaborado por la Universidad Autónoma de Barcelona. Ese documento recopiló 34 conflictos armados desplegados durante 2018, un 30% de los cuales experimentó una escalada de violencia.
Por otra parte, mencionó algunos ejemplos de experiencias cooperativas en escenarios de posconflicto, entre ellos en Ruanda, Uganda, El Salvador y Colombia. Además, citó las palabras del actual secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, y de su antecesor, Ban Ki Moon, en respaldo de las cooperativas como herramientas de reconstrucción del tejido económico y social tras el cese de la violencia en distintos territorios.
Finalmente, propuso la elaboración de un Programa de Acción Cooperativa que movilice el capital social de este sector hacia una Paz Positiva. Entre otras acciones, recomendó incluir a la Paz como un valor propio de las cooperativas.