Una cooperativa de servicios logísticos centrada en el reparto de productos ecológicos, comercios de proximidad y comida a domicilio más una aplicación de código abierto, creada por el colectivo francés Coopcycle, cedida a cooperativas de distintos puntos de Europa.
El resultado es una nueva lógica impulsada por jóvenes que hacen repartos a domicilio en bici en grandes ciudades, quienes decidieron beneficiarse de la organización colectiva en contraposición a la precarización a la que se ve sometido cada uno, individualmente, si trabaja para las aplicaciones lucrativas que están de moda en esas urbes y que hace varios meses proliferan también en Buenos Aires, entre otras ciudades latinoamericanas.
«A pesar de que empezamos a dar servicio recientemente, tenemos amplia experiencia en el campo de la ciclomensajería. Hemos trabajado con las grandes plataformas y con otras iniciativas colectivas de mensajeros», contaron las impulsoras de La Pájara Ciclomensajería, que ruedan desde septiembre por las calles madrileñas.
«De esas experiencias previas, nace la voluntad de organizarse para mejorar y crear así un marco de condiciones laborales más dignas en un sector tan precario como es el de las repartidoras y mensajeras», subrayaron, en un artículo publicado en el blog El Salto.
Mientras las grandes plataformas funcionan con aplicaciones de las que las trabajadoras no son más que usuarias y que evalúan su rendimiento fomentando la competitividad entre ellas, la aplicación de código abierto Coopcycle les permite participar de los beneficios generados por la actividad y librarse de evaluaciones externas, además de mejorar la herramienta en forma participativa.
«Somos las propias repartidoras las que elegimos a nuestros clientes, nuestras tarifas y nuestros horarios. Nos encargamos de todas las funciones básicas de cualquier empresa: social, administrativa, comercial, técnica… lo que no sólo democratiza el trabajo, sino que nos aporta conocimientos, aparte de permitir la rotación de tareas, lo que hace que no siempre tengamos que estar trabajando en la calle repartiendo. La cooperación entre nosotras favorece también el rendimiento y la calidad de nuestro servicio», concluyeron.
Otro punto que destacan es el reparto exclusivamente en bici. «Somos muy conscientes del problema de contaminación y estrés que sufre la ciudad de Madrid y queremos ser parte de la solución.»
El modelo cooperativo permite que los trabajadores recuperen el poder. El valor creado por la actividad se distribuye equitativamente entre los trabajadores y se reinyecta en la economía local. Un desarrollo local con una unión internacional, para competir con plataformas globales.